sábado, 13 de octubre de 2012

LA VERDADERA HISTORIA DE LA CASA DE TÓCAME ROQUE

MANUEL GARCÍA "HISPALETO" - LA CASA DE TÓCAME ROQUE
Hace unos días, paseando por Madrid —cosa que, por cierto, no suelo hacer muy a menudo—, me llamó la atención una curiosa placa informativa en forma romboide de ésas que abundan por la capital en las que se explican curiosidades de algunos edificios (leyendas urbanas, historias de sus habitantes...). La placa en concreto se encuentra en una casa de la Calle del Barquillo y dice textualmente:
En este lugar se alzó desde mediados del siglo XVIII la populosa CASA DE TÓCAME ROQUE donde es tradición que don Ramón de La Cruz situó el sainete LA PETRA Y LA JUANA.
En un principio pensé que ésa era la verdadera casa pero, leyendo bien, el texto lo que dice es: "se alzó", o sea, que la casa ya no existe. Así que me ha dado por buscar por Internet información sobre su historia y el porqué de su nombre.

La llamada Casa de Tócame Roque fue una de las más famosas de Madrid. Estuvo en la Calle del Barquillo, esquina con Calle Belén y era un edificio con patio central y balcones o corredores de madera —lo que hoy conocemos por corrala— habitado por 72 familias. El nombre de la casa procede de Roque, hermano de Juan. Según se cuenta, la casa les tocó en herencia a Roque y Juan, pero como el testamento no especificaba a quién de los dos, cada uno decía «tócame a mí», contestándole el otro, «no, tócame a mí». Y así, una y otra vez. «Tócame a mí», repetía uno, «tócame, Roque», le respondía el hermano, y con el tiempo, la casa pasó a ser conocida como la de Tócame Roque. El edificio original fue derribado en 1850.
 
En el Museo del Prado se puede contemplar la famosa casa de Tócame Roque, en un lienzo firmado por Manuel García "Hispaleto", en el cual revive en un patio de vecindad la rivalidad mantenida entre la Petra y la Juana sobre sus pretendientes, personajes creados por don Ramón de la Cruz en su famoso sainete con tres títulos La Casa de Tócame Roque, La Petra y la Juana o El casero prudente.
 
Así que, queridos lectores, la Casa de Tócame Roque no es vuestra casa ni la mía: la auténtica y genuina se encontraba en Madrid y ya no existe. En su lugar se levantó otro edificio, cuya foto adjunto, y lo que nos queda de ella es una pintura —algo es algo—.
 

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