jueves, 5 de febrero de 2015

TU TRISTE IMAGEN

 
Y Eneas dijo: «Eres tú, padre, es tu triste imagen
la que, apareciéndoseme con frecuencia, me obligó
a dirigirme a estos umbrales. Mis naves flotan
sobre el mar Tirreno. Dame tu diestra, padre,
deja que la una a la mía; dámela, y no te apartes
de mi abrazo.» Hablando así, regaba al mismo tiempo
su rostro con abundante llanto. Tres veces intentó
rodearle el cuello con sus brazos; tres veces la imagen,
asida en vano, se escapó de sus manos, como si fuese
un viento leve o un sueño alado.

 

 

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